¿Por qué algunos platos engordan tanto?
Todo el mundo ha oído alguna vez la frase "somos lo que comemos", y es que en gran medida lo que ingerimos tiene una gran repercusión en nuestra salud. Pero no solo eso, también puede influir en nuestro peso y en nuestro aspecto físico. ¿Por qué algunos platos engordan tanto? ¿Qué hay detrás de estos alimentos que añaden kilos a nuestra báscula? En este artículo profundizaremos en ello.
La relación entre la comida y el peso
Cuando hablamos de engordar, nos referimos al aumento de grasa corporal. Esta grasa se acumula en nuestro cuerpo cuando ingerimos más calorías de las que nuestro organismo necesita para su funcionamiento diario. Es decir, si consumimos más alimentos de los que quemamos mediante la actividad física y el metabolismo basal, el exceso se almacenará en forma de grasa.
Por tanto, es fácil deducir que algunos platos engordan tanto porque su valor calórico es elevado. Los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y carbohidratos refinados suelen ser los principales culpables de este aumento de peso.
Alimentos que engordan más de lo que pensamos
Pero, ¿cuáles son los alimentos que más engordan y que deberíamos evitar o consumir en cantidades moderadas?
- Comida rápida: las hamburguesas, los hot dogs, las patatas fritas y los refrescos que se suelen consumir en estas cadenas de comida rápida tienen un alto contenido calórico y de grasas saturadas.
- Bollería industrial: los croissants, las magdalenas y las galletas contienen una gran cantidad de azúcares y grasas trans, lo que contribuye a su alto aporte calórico.
- Bebidas alcohólicas: el alcohol no solo tiene calorías, además reduce la capacidad del cuerpo para quemar grasas. Además, suele acompañarse de aperitivos y comida basura.
- Refrescos azucarados: en una lata de refresco puede haber unas 100 calorías, todas ellas en forma de azúcares. Al no aportar saciedad, los refrescos pueden llevar a consumir más calorías de las necesarias.
Por qué algunos platos engordan
Pero no solo son los alimentos procesados y precocinados los que se llevan la palma en cuanto a engordar. Muchos platos tradicionales y caseros también han ganado fama por su capacidad para hacernos ganar peso rápidamente.
Un buen ejemplo de ello es la comida típica de la dieta mediterránea, en la que se emplea aceite de oliva como principal fuente de grasas. Aunque el aceite de oliva es una grasa saludable, contiene nueve calorías por gramo, lo que significa que se puede llegar rápidamente al consumo diario recomendado. Además, muchas de las recetas a base de aceite de oliva suelen ser ricas en carbohidratos refinados, como arroces y pastas.
Otro de los platos más conocidos por su capacidad para añadir kilos es la lasaña. La receta tradicional se compone de pasta, carne picada, bechamel y queso, lo que supone una suma de calorías y grasas que pueden ir desde las 700 a las 1000 calorías por ración.
Cómo evitar que los platos engorden tanto
Entonces, ¿qué podemos hacer para seguir disfrutando de nuestros platos favoritos sin que nos hagan ganar peso? La clave está en la moderación y en el equilibrio.
En primer lugar, es importante tener en cuenta las porciones y no caer en el exceso. Aunque nos guste la lasaña o la pizza, debemos procurar no consumirlas con demasiada frecuencia ni en grandes cantidades. Por otro lado, es recomendable elegir alimentos más naturales y saludables, como frutas, verduras, legumbres, carnes magras y pescado.
Tampoco debemos olvidar la importancia de la actividad física y del ejercicio. El deporte no solo quema calorías, sino que además ayuda a mantener el metabolismo activo y a prevenir el aumento de peso.
Conclusión
En definitiva, algunos platos engordan tanto porque tienen un alto aporte calórico, debido a su contenido en grasas saturadas, azúcares y carbohidratos refinados que supera nuestras necesidades diarias. No obstante, esto no significa que debamos renunciar por completo a estos alimentos, sino que debemos consumirlos con moderación y combinarlos con una alimentación equilibrada y saludable. De esta forma, podremos seguir disfrutando de la rica gastronomía sin ponernos en riesgo de ganar peso.